EDITORIAL: UN PASEO POR EL MUNDO DE LAS LETRAS A TRAVÉS DEL CAMINO DE LAS ESPERANZAS EN HARTFORD - BOCETO MEDIA

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sábado, 23 de octubre de 2021

EDITORIAL: UN PASEO POR EL MUNDO DE LAS LETRAS A TRAVÉS DEL CAMINO DE LAS ESPERANZAS EN HARTFORD

 

Foto: Boceto Media

HARTFORD, CT.- Sábado por la tarde con el perfecto clima de otoño, no tan frío y con las coloridas hojas de los árboles vistiendo los suelos de la ciudad, Salí a dar un paseo por Frog Hollows acompañada de la suave brisa del cambio de estación. Con el esplendoroso sol guárdandose el cual destellaba sus rayos naranjo-amarilleados, y listo para dar paso al anochecer, di vuelta en Arbor Street, y encontré un festival del cual no había escuchado.


Era el Connecticut Literary Festival (Festival literario de Connecticut), que retomaba CCSU luego de 24 meses de pandemia. Caminé por el paseo de las esperanzas, dirigiéndome al edificio donde se congregaban escritores locales e invitados. El aroma de libros ya se respiraba desde la entrada.

Foto: Boceto Media

Un pie adentro, y ya se escuchaban las voces de poetas, que desplegaban lo más profundo de su ser interior al exponer oralmente sus poesías. Estas eran de diversas experiencias, como el amor, discriminación, cambios sociales, frustraciones políticas, e indignación; todos hablaban con ardor, mientras otros escuchaban en silencio. Era otra dimensión, el camino tangente al alma.

Seguí dando pasos para descubrir que más estaba en bandeja, cuando de repente, vi algo que trajo recuerdos de algún momento vivido en mi temprana infancia. Era una máquina de escribir; de esas que usaba mi madre cuando estaba en la Universidad, mucho antes de que yo naciera. Claro, yo solo la contemplé cuando la utilizaban de adorno en mi casa, puesto que siendo una milenial, esas ya eran cosas del pasado.

Con grandes sonrisas, jóvenes se sentaban para sentir las pulsadas al presionar las teclas de la máquina. Se sentían duras decían algunos; otros no sabían como utilizarlas. Únicamente quedaba contemplar a los expertos de antaño que con una pequeña carcajada se burlaban de los más jóvenes, empezando a tipear a diestra y siniestra. Fue todo un espectáculo.


Seguí dando pasos, y vi una serie de mesas con gente conversando y libros descansando en estas como hadas bajos los pies de los dioses. Me acerqué a los que con una cordial mirada me veían  pasar. ¿Tal vez se preguntarían, quien es esta? Pero, yo con mi cámara como escudo protector, y mi valentía en la frente me acerque y les dije, "Soy periodista, ¿Les puedo tomar una foto?"

"Claro que sí!", expresaron, "Nosotros somos autores"; y agarrando sus libros sonrieron. Tal fue mi suerte, que hasta me regalaron un libro de poesías; de esas que leía cuando tenía 15 años.


Reanude mi marcha por el lugar, y mientras pasaba por una multitud, escuche unas voces hispanas. Eran dos autoras Latinas presentes y me dije, acá me quedaré un ratito.

Entablé conversación con Inés Rivera, una escritora hispana local, de las nuestras que debería escucharse más para despertar la curiosidad, y el amor por la lectura. Inés había dado una exposición acerca de historias revisionistas y cómo estas se pueden utilizar para revolucionar la literatura actual. Inés es la autora del libro "Carta de Amor a la Otra Vida" (Letter to an Afterlife) y fue publicado por Blackboards Press en el 2018.

Ines dijo que ella escribe con muchas ganas de verse representada en el mundo de la literatura. Ella es de origen dominicano-argentino, y es la primera generación en su familia nacida y criada en los estados Unidos.

“No siempre crecí viendo protagonistas o escuchando poemas sobre personas como yo que no encajan tanto. Claramente en estas ideas de lo que constituye ser mujer, afro-latina, bilingüe bicultural por eso escribo,”dijo.



Di vuelta para seguir buscando más escritores latinos, pero para mi suerte, ya había una en línea, lista para dar sus opiniones.

Era Victoria Buitrón, una autora de origen Ecuatoriano. Ella había hablado sobre su libro “A body Across Two Hemispheres”, que saldrá a la venta en marzo del 2022. Buitrón nació en Ecuador, pero  vino a Connecticut a temprana edad. Según ella, se crió prácticamente entre New England y su país natal. Sus escrituras hablan de sus experiencias, hechos vividos en su familia, y las luchas de los inmigrantes,

“A los niños no se les debe enseñar a leer como un castigo; sino más bien como algo positivo, y divertido. Lean sobre algo que les guste, ya sea historietas de ficción, ciencia, fantasía, o memorias, y encuéntrales el gusto, y no dejes que nadie te obligue a leer algo que no quieres”.

Luego de recoger declaraciones, y creyendo que ya lo había visto todo, decidí marcharme cuando derrepente escuche una poderosa voz, que hablaba con pasión. Era una descendiente de la tribu Pequot. Mientras recitaba su poema todos callaban, su presencia cautivó a los desmerecedores del cual ella les reprochó “están pisando tierra robada” Su linaje nativo, su postura, su presencia, era de esas que dan un impacto en lo más profundo del corazón y la conciencia.



Fui detrás de ella, pues luego de exponer su poema se iba a marchar. Su nombre es Natasha Gambrell, y es la hija de Valerie Gambrell, ambas actuales concejales de la Tribu PequotNatasha representa sus raíces nativo americanas, mediante los bailes Eastern BlanketJingle y Northern tradicionales desde los ocho años.

“Lucho todos los días para demostrar que existimos, así que solo quiero darle las gracias desde el fondo de mi corazón por escuchar estas palabras y escucharme. Muchas veces, especialmente en el estado de Connecticut, no nos permiten. contar nuestra historia, pero yo se los diré a todos hasta que se den cuenta de que la tierra sobre la que caminan es tierra indígena y necesita ser representada”.
 
Nos despedimos con una sonrisa, y unas cuantas fotos. Sus palabras me dejaron con mucha inspiración, y orgullo de también sentirme parte de esta tierra americana. Por ser parte de la tierra indígena que dejaron como legado mis ancestros andinos los del sur de América, los Incas. Somos de acá.
Terminé mi visita a la dimensión del pensar, atravezando nuevamente el camino de la esperanza, ese que da para Arbor Street, y me fui con muchas ideas. Pensé mientras caminaba, que lindo es estar de vuelta en mi hogar. Ver los grafitis, los pensamientos que quieren un cambio, las ideas, los colores, los libros, y hablar con los pensadores.

Y como dijeron los espíritus Pequot a través del poema que recitó Natasha,
“Los guerreros nunca decimos adiós, siempre decimos te veré más tarde".

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